Como vimos en entradas recientes de nuestro blog, la detección de una plaga, se puede acometer desde varias áreas técnicas y haciendo uso de varios métodos.

En el caso de la detección de termitas, carcomas y gorgojos, se pueden detectar mediante una inspección visual, apreciando la degradación o los agujeros de salida en la superficie de la madera, así como el detritus que producen al degradar la madera de estructuras y mobiliario.

Al servicio de la detección y el análisis de la madera, también pueden entrar en juego instrumental técnico, como el resistógrafo o los ultrasonidos, a fin de evaluar el estado interno de una pieza de madera.

Sin embargo, hoy, nos centraremos en la identificación de insectos xilófagos a través de la detección auditiva. Nos embarcamos, gracias a micrófonos y técnicas de amplificación (aunque como veréis no siempre es necesario) en el mundo de los sonidos detectables emitidos por los xilófagos.

Como hemos podido apreciar, estos insectos son de todo menos silenciosos, el frenético ritmo de la vida de los xilófagos y sus normas de alimentación voraces, crean una sinfonía de sonidos al comer, desplazarse e incluso comunicarse, como hemos visto en el caso de las termitas.

Encontramos incluso, insectos que se alimentan de la madera, mucho menos discretos, los cuales incluso reciben su nombre del distintivo sonido que producen al golpear la madera para invitar al apareamiento, hablamos del “escarabajo del reloj de la muerte” un coleóptero de la familia de los anóbidos:

En el caso más extremo, nos encontramos al comúnmente conocido como “Escarabajo chillón” que hace una serie de agudos chillidos al ser molestado, como medida de disuasión.

 

En el siguiente video, podemos apreciar, a partir del segundo 20, de qué manera una termita sacude su cuerpo para alertar de un peligro, sonido que es captado por los amplificadores de sonido utilizados para este fin:

Esperamos que esta inmersión en el mundo de estos insectos nos sirva para comprender de qué manera actúan, cuál es su comportamiento y que hábitos adquieren en el momento de atacar a nuestros hogares y de qué manera podemos mejorar nuestras técnicas a la hora de diagnosticarlos y crear construcciones lo más resistentes posibles frente a sus destructivas incursiones.