Los daños en la madera por agentes abióticos son aquellos que provienen de los factores sin vida que conforman un ecosistema.

El término «degradación abiótica» se refiere a cualquier tipo de daño de la madera relacionado con elementos no biológicos de la degradación de la madera. Los dos modos de degradación abiótica incluyen agentes químicos y la acción mecánica.

Cada uno tiene un efecto independiente y cada uno interactúa con el otro. Los modos prácticos clásicos comúnmente reconocidos de la degradación abiótica incluye la meteorización, las relaciones mecanicas y fricción / erosión / daños relacionados con la mecánica.

Agentes abióticos | El Agua

Una de las causas principales del deterioro de la parte externa de la madera se debe a las alteraciones rápidas en la humedad de la capa superficial.

El agua se absorbe rápidamente por la capa superficial y es asimilada por las paredes de las células. 

Una diferencia alta en el valor de la humedad puede originar arqueos ya que la capa exterior tenderá a hincharse.

Encontramos diferentes tipos de amenaza según el contacto con agua que fuera a sufrir la madera.

Agentes abióticos | El Sol

La madera en exposición constante al sol adopta un color marronáceo, siendo gris en su fase final.

Esto es a causa de la radiación ultravioleta, que degrada la capa exterior de la madera, empezando por la lignina.

Las células externas degradadas con el paso del tiempo son erosionadas por la lluvia, dejando a su vez una nueva capa que empezará a deteriorarse y a mostrar defectos, entonces será más propensa a recibir una infestación por mohos y por la fotodegradación nuevamente, tornando la madera a un color más oscuro del original.

Eso sí, la fotodegradación es un proceso muy lento, siendo aproximádamente unos 6 mm de capa destruída por siglo. Esta estimación varía según especie, clima y orientación.

Agentes abióticos | El Fuego

La madera se ha utilizado como combustible durante miles de años, esto nos puede generar una falsa ilusión respecto a la combustibilidad de esta. La combustibilidad de la madera, la facilidad de ignición y la resistencia que tiene la madera ante el avance continuado del fuego son elementos que varían entre especies.

Aunque, pueda parecer sorprendente, no es tan fácil que la madera prenda, ya que son necesarias muy altas temperaturas (450ºC de media) y un grado de humedad bajo para que comience la combustión. 

Una vez la madera empieza a arder, la capa exterior se carboniza, esto hace que aumente en 8 veces su capacidad aislante, protegiendo por más tiempo la parte interior.

El fuego es uno de los agentes abióticos más perjudiciales para la madera.

Agentes abióticos | Variaciones bruscas de temperatura

No todos los agentes abióticos actúan de la misma manera. La madera es capaz de soportar unos cambios de temperatura enormes, si estos son de forma progresiva. Si la madera sufre ciclos de hielo-deshielo continuamente, aparecerán fendas y defectos en la superficie debido al cambio de densidad del agua en sus distintos estados, provocando roturas y grietas que favorecerán una posible infestación de hongos e insectos xilófagos.

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Madera programable

Una simple pieza de madera plana aguarda sobre la mesa, recuerda vagamente a una mariposa.

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