Una vez identificada una pieza de madera estructural y conocida su resistencia podemos pasar a valorar su estado de conservación mediante el resistógrafo.
Este instrumento nos dará una gráfica de la resistencia que encuentre a su paso la broca o aguja, permitiéndonos conocer el estado interior de la estructura de madera.
Esta medición la hace el resistógrafo a través de el potenciómetro aplicado al motor motriz, registrando los diferenciales en esfuerzo que ha de aplicar para que la broca avance.
Una vez contamos con el gráfico resultado de el ensayo, podemos valorar la densidad de la pieza, entendiendo que a mayor densidad la aguja encontrará mas resistencia a su avance, si esta densidad se mantiene en toda la sección de la pieza nos da a entender que la densidad es constante y por tanto las propiedades de la pieza están intactas.
Por otro lado, si el gráfico marca valles, diferencias en la densidad o irregularidades, nos estará indicando que hay un diferencial en densidad en la pieza y habrá que estimar si está causada por pudrición, insectos u otros factores.
El hecho de que el gráfico resultante sea análogo en profundidad a el largo de la aguja, facilita el reconocimiento de la profundidad a la que se encuentra el posible daño en la pieza de la madera.
